En Rancagua, hacia 1843, los hermanos Sotomayor, fundan el primer colegio de secundaria, bajo la dirección de Jose Toribio Sotomayor. Su ubicación inicial en calle estado con Ibieta (casa del pilar de la esquina). El establecimiento, naturalmente pagado, fue dirigido a los sectores acomodados de la ciudad y la región. Por numerosas dificultades surgidas, se cierra este colegio al año siguiente.
La necesidad de contar con enseñanza media no se extinguió con el cierre del colegio Sotomayor. El gobernador de Rancagua do Pedro Melo junto a otros parlamentarios, consiguieron que el Presidente Manuel Bulnes dictase el decreto de la creación de un colegio de humanidades en la ciudad, un 29 de Julio de 1846.
Como primer director es nombrado en el mismo decreto supremo don Jose Dolores Sanfurgo, quien dirigio el establecimiento hasta el año 1947. Las dependencias del nuevo colegio funcionaron en la casa de don Felix de la Cuadra situada en la esquina de calle Germán Riesco con Alcazar.
Con el transcurso del tiempo, el liceo pudo contar con local propio y alcanzar a fines de siglo la categoría de primer establecimiento educacional de la provincia .En 1877 se crea un Liceo nocturno dirigidos a personas adultas, además de contar con un internado.
El edificio propio del liceo fue inaugurado en 1887, ubicado en Almarza 410,donde funciona actualmente.
En 1906 se crea el Liceo de Niñas y nuestro establecimiento debe diferenciarse del recien creado pasando a denominarse oficialmente como Liceo de hombres de Rancagua (Posteriormente, al comenzar la década de los años 70, por ley especial es denominado “Liceo Oscar Castro Zúñiga” en homenaje al gran escritor y poeta que se desempeñó como profesor de Castellano en el establecimiento).
Identidad del Liceo
Una sucesión de diversos símbolos identificatorios con el curso del tiempo han recogido la aspiración del conglomerado humano involucrado en el Liceo en sus 170 años de existencia.
Escudo del Liceo
Bajo el rectorado de José Miguel Valenzuela García (1861-1877), abogado de Rancagua, se elabora el escudo del liceo conforme a la definición de establecimiento destinado a impartir educación humanista ( Humanidades; conjunto vario de conocimientos porque son ellos los que forman intelectual y moralmente al hombre.) – El símbolo de esta última definición era el que guiaba al liceo de Rancagua, y consistía en un globo terráqueo, un compás, un telescopio, tres libros y una pluma.
Lema
Labor Omnia Vincint Improbvs, tiene una significación espiritual sublime, “el trabajo tesonero todo lo vence, era el llamado a los jóvenes del liceo a inspirar sus actividades en el ideal de perfección de la humanidad en sus aspectos literario, político y social.
Compuesto hacia 1930 aproximadamente, el himno del Liceo se canta sin mayores modificaciones en la actualidad. El autor de la letra y música es el abogado y poeta don Alfredo Ilabaca León.
“Por estas puertas han desfilado generaciones enteras, que al retirarse con los conocimientos para la lucha por la vida, miran al correr de los años a su querido liceo como una cosa propia.
“Es el símbolo que representa el pasado y despierta para el porvenir un concepto noble en el alma de toda la juventud que acude a este querido sitio.
Gratitud nos enseñaron los maestros que fueron llevándonos parte de nuestro corazón; al que no sabe; Gratitud repetimos todos, porque es el sentimiento real de nuestra educación y cultura como ex alumnos de este liceo, en donde pasamos los días más felices de nuestras vidas.